A few days ago I woke up and meditate for a while. And I got Gaudí vibes. All these memories of La Sagrada Familia, Casa Batló, his furniture designs, the arches, and his magnificent way of recreate nature into architecture. I can barely speak about him because his genius and magic overwhelms me and the words mean nothing besides his art.
Anyway, that day I was willing to enjoy a Gaudí day. That happens to me sometimes, I got naturally inspired by some artist and my day develops in his/her essence.
So I took one of my Gaudí books and I was ready to read something about him and his art.
As soon as I randomly open my book and had a sip of tea, life happened.
Meetings and more meetings, adult life kinda errands, Ophelia’s stuff (my frenchie) and I don’t even remember what else.
I was planning to have a Gaudí day, tea, metallic tones in my palette, nature watching and drawing but it didn’t happen. And I think the secret to walk gracefully through life is learning how to FLOW. Go with the natural flow of life. Yes, it’s amazing and perfect to have goals and desires, I have a lot of them, but the secret to joyfully live wanting them and working for them, is to let go the result, basically live with no attachment. Do our best, enjoy it and let the Universe’s feedback take to the right path.
It’s like watercolors.
You sketch it first, plan the color palette, you start and as soon as you add the water to your pigments, the unknown take place in the art piece. And that’s the magic of watercolor (I think that’s the magic of art), you plan, to act and then the water does its magic.
So I didn’t have my Gaudí kinda day, but I had a wonderful full of service, surrender and love day. As La Sagrada Familia, he designed it, started it and he died, he cannot control anymore the magnificence of his art piece and the result so far is perfect.
At the end I think I did have a Gaudí day, the outcome was not my plan, but it worked perfectly.
Oh! And the next day I painted something, not my usual style, not my usual medium, but I love it and I sold it that day!!
Hace unos días me desperté y medité un rato. Y me dieron como vibras de Gaudí. Todos estos recuerdos de La Sagrada Familia, la Casa Batló, sus diseños de muebles, los arcos y su magnífica forma de recrear la naturaleza en arquitectura. Apenas puedo hablar de él porque su ingenio y su magia me sobrepasan y las palabras no significan nada más que su arte.
De todos modos, ese día estaba dispuesta a disfrutar de un día de Gaudí. Eso me pasa a veces, me inspiro naturalmente en algún artista y mi día se desarrolla en su esencia.
Así que tomé uno de mis libros de Gaudí y estaba lista para leer algo sobre él y su arte.
Tan pronto como abrí mi libro al azar y tomé un sorbo de té, la vida sucedió. Reuniones y más reuniones, agenda de la vida adulta, cosas que hacer de Ophelia (mi frenchie) y ni siquiera recuerdo qué más.
Planeaba tener un día de Gaudí, té, tonos metálicos en mi paleta, observar la naturaleza y dibujarla pero no sucedió. Y creo que el secreto para caminar con gracia por la vida es aprender a FLUIR. Dejarte fluir con el cauce natural de la vida. Sí, es increíble y perfecto tener metas y deseos, yo tengo muchas, pero el secreto para vivir con alegría queriendo esas metas y trabajando por ellas, es dejar ir el resultado, básicamente vivir sin apegos. Dar lo mejor de nosotros, disfrutarlo y dejar que la respuesta del Universo nos lleve por el camino correcto. Es como las acuarelas, primero haces el boceto, planeas la paleta de colores, comienzas y tan pronto como agregas el agua a tus pigmentos, lo desconocido aparece en la obra de arte. Y esa es la magia de la acuarela (creo que esa es la magia del arte), planeas, actúas y luego el agua hace su magia.
Así que no tuve mi día de Gaudí, pero tuve un maravilloso día lleno de servicio, entrega y amor. Como La Sagrada Familia, la diseñó, la empezó y murió. Ya no puede controlar la magnificencia de su obra de arte y el resultado hasta ahora es perfecto. Al final creo que sí tuve un día de Gaudí, el resultado no fue mi plan, pero funcionó perfectamente.
¡Ah! Y al día siguiente pinté una obra, no en mi estilo habitual, no con mis materiales habituales, pero me encantó y lo vendí ese mismo día.